Pongámonos
en situación. Usted es cazador. Tiene a su nombre distintas armas de fuego de
diferente calibre. Bien, un día, usted decide enseñar a su hijo de 13 años a
usar una de esas armas; la de menor calibre, por supuesto. Digamos que para “más
o menos” ir de caza. El niño, como lógicamente no tiene edad ni cabeza para
saber usar una escopeta, pierde el control y se dispara en el pie. ¿Qué
pasaría?
Podemos
ahorrarnos la parte de que llame a la ambulancia, lo llevan al hospital y pasa
todo el calvario de la operación. Peor aún si se trata de la Seguridad Social. Bien,
la Guardia Civil se interesaría por el caso y le interrogarían. Descubrirían que
su hijo no tiene la edad mínima (14 años) ni requerimientos necesarios para
utilizar dicho arma. Lo que se precisa es una autorización especial del
Director General de la Guardia Civil que se concede al menor tras pasar una exhaustiva
prueba teórica y un examen práctico. Su hijo no tiene dicha autorización, cosa
que usted ya sabía. Por lo tanto ya incurrimos en la ilegalidad de forma
consciente. Según el reglamento de la Guardia Civil sobre el uso de armas de
fuego, aquellos que las usen sin la licencia, autorización o guía de
pertenencia serán sancionados con multas de 300 a 600 euros, además de incautar
las armas. En casos graves se ha llegado a multar con hasta 30.000 euros.
¿Qué
sería un caso grave? Lo ignoro exactamente, pero mi valoración lógica me hace
hacerme varias preguntas. ¿Había alguien más presente en el momento del
accidente? Según lo que dicen, también su hija. ¿Qué edad tiene la niña? 11
años. ¿Entonces estaba usted realizando prácticas de tiro con su hijo, menor y
sin autorización, en presencia de su hija también menor con los riesgos que eso
conlleva? No soy juez, pero ya sin la niña el tema me parecía grave de por sí…
Siento decírselo señor, que si usted es un don nadie le tocará la máxima
cuantía de sanción y probablemente eso no será lo peor. ¿Qué más podría
pasarle? Pues depende con qué agentes diera podría pasar esa misma noche de prisión (¿qué no? Por cosas
más simples lo he visto, y seguro que
usted también), el Defensor del Menor se habría interesado de lleno por el
asunto, los Servicios Sociales estudiarían si está usted capacitado para tener
la custodia de sus hijos y, muy probablemente, los medios de comunicación
harían escarnio con su desafortunado accidente familiar.
¿Qué soy
exagerada? Probablemente. Pero es que me baso en antecedentes, y pintan bastos.
Hace tres años a un joven madrileño, Diego P.V., se le juzgó, condenó y
poco menos que linchó desde los medios de comunicación y la opinión pública. Todo
ello antes de tener pruebas forenses. ¿Qué había ocurrido? Algo horrible, sin
duda. La hija de su pareja, una niña de tres años llamada Aitana, falleció
después de que él la llevara al hospital en parada cardiorrespiratoria. La niña
se había caído de un columpio días antes dándose un golpe en la cabeza. y había
sido trasladada al hospital, también por el propio joven, tras lo cual le
recetaron “Dalsy” para el dolor y no vieron necesario hacerle un escáner
cerebral. En el informe médico, el doctor no solo confundió los hematomas del
golpe con maltrato continuado, sino que también consideró que unas manchas
alérgicas habían sido producidas por las quemaduras de un cigarrillo. Además, informó
de que la niña presentaba desgarros en las zonas vaginal y anal. Ante ese
examen no es de extrañar que la policía detuviera provisionalmente al joven, ni
que provocara reacción en distintos medios. Pero fue la prensa la primera
equivocada, olvidando la presunción de inocencia al fondo del cajón (recordar
la portada de ABC hace que te sangren los ojos); y posteriormente el público
pusimos nuestro granito de arena para condenar a Diego antes del juicio. Finalmente
el forense determinó que no había malos tratos, desde luego no había habido
agresión sexual, y que los hematomas coincidían con la caída de la pequeña. Un accidente
con fatal final.
Así que, aunque poco probable, la cuestión no sería del todo
imposible. Todo esto si usted es un don nadie, quiero recalcarlo. Si ya tiene
título nobiliario, dinero o es pariente más o menos cercano de la realeza o de
Botín (que para el caso…), puede que la cosa cambie. Digamos que es usted Jaime
de Marichalar y que el herido es su hijo, Felipe Juan Froilán de todos los
Santos. Entonces la situación no es tan alarmista, y pasaría como un suceso “que
siempre pasa con los niños”, tal y como lo considera su abuela, La Reina. ¿Con
todos? Yo me raspé las rodillas, casi me partí los dientes y estuve a punto de
perder un ojo (una infancia marcada por la tendencia a los accidentes), pero
nunca, nunca, nunca, tuve la oportunidad de pegarme un tiro en cualquier
extremidad. Supongo que depende de la familia…
Veamos como está el tema. ¿Ha abierto una investigación la
Guardia Civil? Sí, ante estos casos siempre se abren diligencias. En algunos
medios afirman que se archivará puesto que el suceso es claramente un
accidente. Yo no sabía que era eso lo que se juzgaba. De hecho, no consideré en
ningún momento que el niño se disparara a posta para comprobar si su sangre era
o no azul. De lo que se trata en realidad es que el niño es menor para usar
armas y no tiene la autorización precisada. Bueno, digamos que la investigación
dice que es un acto ilegal y que deben pagar entre 300 y 600 euros (Me parece oír
risas desde Madrid, ya que no saben si pedir un préstamo o pagar la multa a
plazos). Eso si las investigaciones sirven para algo, porque yo rememoro las
que se hizo por las agresiones a menores por parte de Policías Nacionales en
Madrid el pasado verano, o las actuaciones desproporcionadas de los Mossos el
27 de mayo del año pasado contra los indignados, y es que me entra la risa. Siempre
que me imagino a estos equipos de investigación visualizo a un grupo de tíos
bebiendo cerveza, comiendo ganchitos y viendo películas de Steven Seagal;
quienes después del tiempo pertinente cierran la carpeta que estaba en la mesa
olvidaba y dicen: “Bueno, esto ya está, ¿no?". Sí, soy así de escéptica.
En fin, volvamos. ¿Han dicho algo los servicios sociales? No,
recalquemos que ha sido un accidente en la finca privada de su padre. ¿Y el
Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid? Pues no. De Arturo Canalda no se
sabe nada, ha hecho mutis por el foro. Su antecesor, Javier Urra, sí que se ha
quedado a gusto. Ha recalcado que un menor, por mucho que esté bajo la
supervisión de su padre y en su finca, no debería usar ningún arma sin la
preparación y la autorización necesaria. Es “ilógico”, ha recalcado. Pero su
valiosa opinión, como la del Partido Animalista, no es que cuente mucho en
ámbitos generales. ¿Y los medios de comunicación? Pues en la mayoría de los
casos se han remitido a la nota de prensa de la Casa Real, y en general han
sido muy correctos e informativos. Entre los usuarios ha provocado varios
chistes, pero nada subido de tono ni parecido al tema de la pequeña Aitana. Sería
de alegrarse de que todos hayamos aprendido la lección, por supuesto. Pero, ¿habría
sido todo tan correcto de no tratarse del nieto del Rey? De ser otro hombre
anónimo como Diego, ¿qué nos asegura que no nos encontraríamos con otros
titulares sensacionales y alarmistas?
Lo dicho, yo de mayor quiero ser Borbón. Porque tienen
suerte. Se les conceden muchas excepciones. ¿Qué una revista de humor
amarillista crea una portada incómoda y de mal gusto (reconozcámoslo)? Cualquier
otro tendría que querellarse y pasar un proceso judicial para ser redimido. Pero
para ellos los jueces actúan de oficio y censuran previamente la revista, no
vaya a ser. ¿Censura o secuestro? Yo también tenía mis dudas pero en clase de
derecho me aseguraron que era un claro caso de censura porque la publicación
aún no estaba a la venta, así que yo me lo creo… Otro caso, ¿que el yerno del
Rey tiene toda una trama fraudulenta montada con su socio? Ah, no. Vamos a
juicio y afirmamos que todos somos iguales ante la ley. ¿Qué se descubre que la
infanta es copropietaria de una de las empresas investigadas dentro de esta
trama? Pues no pasa nada porque solo es sobre el papel pero no ostenta ningún
cargo ejecutivo. Además, no hay nada que demuestre que ella pudiera saber nada
del tema. ¿Qué iba a saber sobre economía? Solo trabaja en La Caixa…
En fin, ya veremos cómo acaba este tema. Los antecedentes
han dado que hablar, pero es que ya se sabe que aunque la justicia es ciega, a
veces tiene muy claro el punto de mira. Bueno, Froilán muchacho, recupérate
pronto que aún te quedan muchas patadas que dar a la vida…